"Yo con todas II"
BárbaraStupenda es una mujer que vive preocupada por la imagen y por las cirugías. Adicta al cuerpo, no pasa una semana sin ponerse botox, tetas, dentadura postiza. No se detiene hasta que su cuerpo le avisa que se está quedando sin pilas.
La Mirta, con un marido a su medida; ama de casa, mujer de barrio entrañable nos cuenta que es peor el remedio que la enfermedad y sin darse por vencida incursiona en la “Visualización Cósmica”.
La Bella Durmiente, pero despierta. Al despertar se encuentra sorpresivamente con una realidad que la invita a seguir durmiendo… ¿Qué se perdió? Es su gran incognita.
Las personas angustiadas por sus fracasos personales, laborales, afectivos y económicos, necesitamos que alguien nos guíe hacia la felicidad: el éxito. Somos felices en la medida que tenemos más.
Las amas de casa como La Mirta son felices, en la medida que el jabón en polvo derroten las terribles manchas de las ropas de sus hijos.
Las mujeres como Bárbara Stupenda masificadas y estereotipadas son felices cuando el autobronceante de la propaganda tiñe sus manchas de sol y la dejan pecosa.
Atravesados por la ficción desde niños con los cuentos, a través de los cuales da sus primeros pasos nuestro imaginario. La ficción que nos propone vernos de una manera que uno no es. En una época veloz que no tiene lugar para perdedores.
La superficialid, la banalidad, la farandulización, nos defragmentan.
Los cuerpos explotan, estalla lo sensible en busca del ideal impuesto. Todos queremos ponernos lindos para no quedar fuera de lo que propone la tele, importándonos muy poco el resto de la humanidad.
Es que escenario hay que seguir bailando, aunque sea un sueño.